Descubriendo la felicidad

9 06 2009

Cuando empecé con este blog ya tenía claro que tarde o temprano tendría que ponerme en ridículo a mi mismo. Pues bien , después de tanto tiempo(dos días) me he decidido a dar el paso adelante. Lo que vais a ver marcará vuestras vidas para siempre, quedará grabado en vuestras retinas con fuego, será la pesadilla recurrente que algún día contaréis reclinados en un diván de cuero vietnamita. Por eso, a todos aquellos menores que leáis mi blog, os pido que por favor os dirijáis aquí, que tienen mucha experiencia tratando con niños (algún día hablaré de esos hijos de la grandísima puta).

Bien, hecha la introducción, preparados, listos, allá va:

Sí eso soy yo. No la de rosa no, lo otro.Sí eso soy yo. No, la de rosa no, lo otro.

Bueno, pongámonos un poco serios porque si no van a haber hondonadas de ostias aquí eh!!!(siempre he querido decir eso) Aquellos que  me conocéis un poco sabéis que he sido profesor de informática y que siempre he tenido cierta debilidad por los niños. Mis peripecias con ellos os la contaré otro día si eso. Cuando tenía 17 años mi por entonces profesora de filosofía Helena (ahora buena amiga) me hizo una oferta que no pude rechazar. Vestirme de Papá Noel y asaltar las clases de un colegio de primaria saco de caramelos en mano. ¿Quién podría negarse? Vestirse de gilipollas y asaltar clases: el sueño de cualquier adolescente. Aunque al principio la cosa empezó un poco fría, pronto me fui soltando y poniéndome en el papel de Santa. Al final lo disfruté yo más que los niños. Pero me diréis pequeños saltamontes: ¿está loco maestro zen?¿Ahí está vestido de rey mago?(no sé de cual de ellos ahora ni lo supe en su día, si alguien me lo dice entrará en el sorteo de una partida de futbolín) Lo sé hamijos frikináuticos, lo sé. Es que mi nivel de sadomasoquismo no quedó satisfecho ese año, y al año siguiente me ofrecí voluntario para ser rey mago. Y no me arrepiento. Quiero contaros dos pequeñas historias, una de cada año, que recuerdo y guardo en mi mente con especial cariño .

La primera. Como ya dije estaba vestido yo de Papá Noel y me metí en la última de las clases que asaltaría. Unos niños de 5 y 6 años. Me recibieron con gritos de emoción y alguna que otra mirada de miedo. Rápidamente se levantaron y se sentaron todos en dos filas al lado de su profesora, pero Helena (que me acompañaba para que me sintiera más seguro) me hizo un gesto con la cabeza para que mirara hacia abajo. Allí agarrado a mi pierna había un niño que tenía una pequeña minusvalía psíquica y que parecía un pelín perdido con la nueva situación de la clase. Confiado como estaba y sintiéndome en mi salsa, lo cogí en brazos y le dí tres caramelos. El me miró, me sonrió, me dijo un sonoro gracias y me dió un beso en la mejilla. Y a mí se me partió el alma. Ha sido la manifestación de cariño más sincera y espontánea que he recibido en mi vida. Si existe la felicidad realmente se tiene que parecer mucho a como yo me sentí en ese momento.

La segunda fué ya al año siguiente, con un par de amigos que me acompañaron a hacer de Rey Mago. Sin duda esto es mucho más duro que lo de Papá Noel: el traje da más calor, la barba pica más, no hay forma de que se te aguante la corona y tienes que estar todo el tiempo sentado. Estoicamente fuí aguantando. Unas 50 bicicletas y 100 coches de Fernando Alonso prometidos después de empezar se me acercó un niño de no más de 5 años con una carta escrita para mí. Lo cogí, lo senté en las rodillas y le pregunté que que le había pedido a los reyes. Y él me dijo: «un niño» ¿Un niño?-le pregunté. «Si, papi y mami han ido a buscar un niño a África, y yo quiero que venga pronto». No me pidió un balón, ni una bici, ni un juguete. Ni siquiera caramelos. No me pidió nada más. Simplemente me pidió un hermanito. Y ojalá que haya podido concederle el deseo.

Éstas son mis dos pequeñas historias que os quería contar. Aprendí en dos tardes mucho más que en 15 años de colegio. Aprendí lo que de verdad importa. Aprendí lo que es la felicidad. Para algunos puede que sea follarse a la chica molona de clase, comprarse un iphone, una ps3 o emborracharse con los colegas hasta las tantas. Yo, particularmente, me quedo con la sonrisa de un niño.


Acciones

Information

4 responses

9 06 2009
algeek

Alégrome moito por ti, hamijo frikinautico.
(Carallo, fáiseme difícil de collóns escribir en galego)
A cousa é que tí vas a ser feliz así, eu confórmome cun iPhone de esos novos que sacaron hoxe. Cada un é como é. E eu non valgo para darlle caramelos aos nenos e xa está xD

Nah, espero sentir algun día tanta felicidad como sentiste tú en ese momento.

E por que falas así do Vaticano? Eche verdade que son unos fillos de puta, pero… non sería mellor poñelo en negrita e con unhas letras parpadeantes? xDD

Un saludo

9 06 2009
carnotan

Es algo que desde luego recomiendo a cualquier persona, no te quepa la menor duda.
P.D.: Correxín o teu comentario porque era un pouco unha salvaxada ortográfica. Pero segue a te esforzar, a me ler e a me comentar!!! 😉

9 06 2009
Candido

Ohhh…
Se ata me fixo acordarme de miña afilladiña…. saltaronme as lagrimas.
snifff

10 06 2009
Bitacoras.com

Información Bitacoras.com…

Valora en Bitacoras.com: Cuando empecé con este blog ya tenía claro que tarde o temprano tendría que ponerme en ridículo a mi mismo. Pues bien , después de tanto tiempo(dos días) me he decidido a dar el paso adelante. Lo que vais a ver marcará vuestr…..

Deja un comentario